Los gladiadores sangregoristas saltando al terreno de juego en una piña.
La seguridad defensiva fue extrema durante todo el partido.


En el centro del campo se luchó sin tregua, sin pausa, sin desfallecimiento.




Ni la entrada de Diego desconfiguró a un equipo netamente superior.

Ni en jugada, ni a balón parado, ni jugando suciamente con el marcador. Tuvieron que dejar el fair play en la caseta e incluso sacar a alguna bestia.
El rival acabó como en la ida pidiendo la hora y el arbitro se lo concedió ¡¡¡ injustamente !!! en el minuto 37.


Merecimos ganar ante el peor Zaragoza de los últimos años. Lástima que nos clavaron 3 goles más. Si no hubiera sido así.... Todo hubiera sido como el beicon del bocata: perfecto....
oooooooooooOOOOOOOOoooooooooooooo
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